El teléfono de atención a conductas suicidas (024) atiende mil llamadas en su primer día

La adolescencia es la etapa de la vida que se comprende entre los 12 y los 18 años. Durante este período, las personas sufren cambios físicos, cognitivos y sociales que afectan a todos los ámbitos de su vida.

Estos cambios, en algunas ocasiones, pueden convertirse en factores estresantes, ya que el adolescente tiene que hacer frente a sus emociones, decisiones y aprendizajes para acercarse hacia la autonomía de un adulto.

Con la pandemia del coronavirus, los adolescentes se han visto afectados en prácticamente todos sus ámbitos, ya que se ha limitado su proceso de desarrollo. De este modo, gran parte de este grupo de personas jóvenes han presentado dificultades para hacerse cargo de la frustración, inseguridad, tristeza y rabia derivadas de esta vivencia.

Trastornos más comunes en jóvenes y adolescentes

Los trastornos protagonistas en adolescentes son la depresión y la ansiedad. Entre los síntomas que más se han podido constatar, la directora del Hospital ITA Prisma Zaragoza destaca “aislamiento, tendencia a la rigidez, dificultades en la gestión emocional, déficit en habilidades sociales, falta de asertividad, elevada sintomatología ansiosa, labilidad emocional, estados de tristeza y ánimo depresivo, autolesiones y un aumento considerable de intentos autolíticos”.

Lo cierto es que el aislamiento ha provocado un aumento exponencial de los jóvenes a las redes sociales, permitiendo que aceleraran el nivel de comparaciones y generando que su atención se centrara en la imagen corporal y el cuerpo de forma excesiva, algo que ha potenciado el desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria.

Por ello, los expertos insisten en que es importantísimo que en este momento se haga un buen acompañamiento de los adolescentes por parte de la familia, los centros educativos y los profesionales sanitarios ya que puede desencadenar en patologías que cronifiquen y limiten a estas personas en su edad adulta.

En el trabajo…

Cuando una persona joven quiere acceder al mercado laboral, en repetidas ocasiones ve que la oferta no cumple con sus expectativas: salarios bajos (o incluso trabajos sin remunerar), horarios imposibles que impiden la conciliación o contratos temporales que dificultan hacer planes a futuro. Y ahí llega la duda: ¿lo cojo porque es un paso más y por algún sitio hay que empezar o espero a que aparezca algo mejor?

Las condiciones de vida, la precariedad laboral y la incertidumbre hacia el futuro aumentan el riesgo de padecer ansiedad, angustia, depresión o trastornos más graves.

Cómo ayudarles…

  • Reconoce las señales. La ansiedad y la depresión son problemas diferentes, pero comparten algunos indicadores. Busca cambios en el comportamiento del joven, como pérdida de apetito o alteraciones en sus patrones de sueño. Un adolescente con problemas puede expresar preocupación excesiva, desesperanza o tristeza profunda.
  • Acércate con sensibilidad. Si quieres iniciar una conversación con un adolescente que podría estar pasando por dificultades, sé claro y directo. No evites las preguntas difíciles, pero aborda el tema con compasión y no con culpa.
  • Ofrece formas saludables de manejar las emociones. Los chicos que tienen problemas emocionales corren el riesgo de recurrir a las autolesiones para redirigir el dolor que sienten. Con el fin de evitarlo, fomenta las prácticas que ayudan a nuestro bienestar psicológico, como el ejercicio, la meditación y escribir un diario.
  • Obtén el diagnóstico correcto. Pregunta al especialista por su experiencia en el tratamiento de afecciones específicas en menores y por las herramientas que utiliza para realizar evaluaciones médicas.
  • Considera bien los medicamentos. Insiste con los médicos para que te cuenten su experiencia en el tratamiento con medicamentos específicos en menores y asegúrate de que entiendes sus efectos secundarios e interacciones con otros tratamientos, así como la forma de saber si un fármaco está funcionando y cómo dejarlo.
  • No olvides lo básico. Los jóvenes, cuyo cerebro está en desarrollo, necesitan de ocho a diez horas de sueño para promover la salud mental y física. La falta de sueño puede interferir con el desarrollo y tener un impacto dramático en el estado de ánimo. La actividad física también es vital.

El teléfono de atención a conductas suicidas (024) atiende mil llamadas en su primer día

En 2020 las tentativas de suicidio aumentaron un 30%, casi 4.000 personas se quitaron la vida ese año y entre 80.000 y 100.000 lo intentaron.

Estos datos indican que ésta es la primera causa de fallecimiento entre jóvenes y también la primera, después de la muerte natural, entre los mayores.

Acaba de ponerse en marcha un teléfono de atención a conductas suicidas, el 024, que busca ayudar, de forma gratuita y anónima, a aquellas personas que tengan ideas o planes suicidas, así como a sus allegados que necesiten apoyo o consejo. Además, las llamadas no quedan registradas en las facturas telefónicas.

La activación del 024 , que estará operativo las 24 horas y los 365 días del año, forma parte del Plan de Acción de Salud Mental (2022-2024) presentado por el Gobierno a las Comunidades Autónomas. Este plan pone en el centro a las personas, refuerza los recursos humanos en salud mental a fin de reducir la temporalidad, aumenta la oferta de plazas en psiquiatría y psicología y, en definitiva, optimiza la atención de la salud mental en todos los ámbitos sanitarios y lucha contra la estigmatización.

Visibilizar esta situación y poner medidas es un primer paso, seguiremos atentos y os iremos contando más iniciativas.

María Jiménez,communication department y tutora E-learning

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