La pandemia que ha azotado el mundo nos ha recordado de forma contundente que no siempre se tienen las respuestas adecuadas a los problemas y que a veces surge lo inesperado cuando menos hace falta.
Muchas floristerías de España se han visto obligadas a tirar casi todo su género de una forma trágica; sin ni siquiera poder regalar sus flores a un amigo o clientes por miedo a extender el virus.
El Día de la Madre se sumó así a la catástrofe que para el sector español de la producción y distribución de flor cortada y planta ornamental ha supuesto la cancelación de la celebración de las Fallas, Semana Santa, Sant Jordi y Cruces de Mayo, así como de comuniones y bodas. Al igual ha ocurrido con la floricultura de otros países productores de importancia mundial, como Holanda, Colombia y Ecuador. Las pérdidas de los productores, viveristas y centros de jardinería españoles superan los 440 millones de euros, y se han tenido que destruir en campos e invernaderos miles y miles de flores.
El Coronavirus supone un antes y un después. El mundo va a cambiar. Va a cambiar radicalmente. Nada volverá a ser como antes en el sector. Tras el confinamiento se abre un nuevo período con nuevos retos y dificultades que tenemos que afrontar.
La necesidad del sector de la floristería de encontrar soluciones a la crisis en la que nos encontramos por el COVID19 ha hecho plantear la búsqueda de alternativas al comercio tradicional y la unión de todos los agentes en encuentros multisectoriales.
Vender por Internet manteniendo una tienda online ya no es el futuro, es el presente
La digitalización del sector debe ser impulsada en todos los ámbitos hasta lograr implantar en el país una verdadera cultura floral que aún estamos lejos de haber alcanzado. Otro elemento prioritario será la colaboración entre asociaciones, distribuidores y floristas que nos permitirá, entre otras cosas, realizar campañas en común.
La importancia de la formación en marketing digital en el negocio de floristería
Después de la crisis hemos visto un alza sin precedentes del comercio online para floristas. Sabemos el potencial que este canal de ventas genera pero, ¿sabemos cómo aprovecharla? Es primordial entender que ya antes de la crisis se debía integrar la tienda física con todas las actividades digitales (aunque primase la tienda como punto de encuentro). Hoy, y ya para el futuro, lo digital tiende a ser la fuente principal para el negocio del florista. La tienda juega un rol secundario y recoger presencialmente los pedidos se convierte en una ardua tarea por dos razones principales: las colas y la incertidumbre que genera estar reunidos tras el COVID19. Por esta razón, tenemos que formarnos y adquirir conocimientos y herramientas para entender los conceptos del marketing digital y la integración de las herramientas dentro de nuestro nuevo modelo de negocio.
Hay que entender el concepto de marketing para el florista de hoy y cómo encontrar tu segmento. Diseñando una estrategia de captación de clientes web como una floristería local: SEO, SEM y Branding (RRSS). Siempre, teniendo en cuenta el viaje del usuario en nuestra web: desde su aterrizaje hasta la compra.
La presencia en internet es crucial dentro de la nueva normalidad en la que nos encontramos. Tanto para aquellas floristerías que están convencidas de que la red no es para ellas, como para quienes abrieron un perfil en Facebook y creen que con eso ya han hecho suficiente. Internet es una parte crucial de nuestro día a día como consumidores y por tanto tiene que ser una parte crucial en la estrategia de todos aquellos negocios.
La importancia de la formación continua
La formación es, o debería ser, uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona. La formación nos otorga un aumento considerable de la autoestima y de las habilidades sociales (proactividad, empatía, compromiso, tolerancia…) a través de la cual, de forma indirecta, provoca una mejora en nuestras relaciones personales.
En realidad, no solo aumentarás tu competencia profesional, sino que también mejorarás tu productividad. El hecho de que tengas una mayor capacidad te permite, de forma directa, afrontar cuestiones como la toma de decisiones importantes o la resolución de situaciones conflictivas de una forma más eficaz.
La formación es la base para que un profesional lleve a cabo su trabajo con seguridad y eficacia; como no podía ser de otra forma, también para ejercer la profesión de florista.
Más allá de las necesidades, las preferencias, las opiniones, por encima de todo está la FLOR. En su esencia, podemos entender el Arte Floral como el arte de tomar materiales florales y no florales tales como plantas y/o accesorios con características decorativas especiales por sí mismos y unirlos para crear composiciones equilibradas y estéticamente agradables con un fin específico. Por lo general, se basa en expresar sentimientos, emociones o la decoración de algún espacio en especial, en la que se incorporan los elementos del diseño: línea, forma, espacio, textura… Dentro de esta disciplina estudiamos conceptos básicos como la teoría del color, la proporcionalidad, los balances y el equilibrio visual. Al igual que tenemos asumido que un arquitecto o un pintor han de pasar por la facultad y deben dominar las corrientes y la técnica, cada vez más vamos siendo conscientes de que en el diseño floral necesitamos de lo mismo. Debemos empezar a asumir que el arte floral es un arte como lo es la pintura o la escultura, por lo que necesita de un periodo de aprendizaje: en esto debemos ser conscientes de que la técnica es importante y para dominarla son necesarios dos procesos: teoría y práctica. Para ser un profesional, primero hay que formarse. Y una profesión se aprende mejor si confiamos en alguien que sabe lo que lleva entre manos, con los conocimientos apropiados y con capacidad para transmitirlos.
Rosa Calvo, especialista en diseño y arte floral
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