En el ámbito empresarial y personal, se suelen confundir con frecuencia los conceptos de exigencia y excelencia, a pesar de que presentan diferencias fundamentales.
La exigencia se concentra en la presión y el cumplimiento de estándares mínimos, mientras que la excelencia va más allá, buscando siempre la mejora continua y la superación de las expectativas. En este artículo, vamos a examinar la importancia de la excelencia y cómo un plan de acción bien definido puede ser un elemento clave para lograr tus metas.