Es diciembre, esta época de fiestas y jornadas de trabajo suele ser una mezcla de polvorones, estrés, muchos planes y poco tiempo. ¿Cómo mantenemos la calma y el control? Enciende las luces, agarra las riendas de este trineo y, ¡vamos a salir de diciembre con todos los regalos intactos y de una pieza!
Diciembre, la Navidad y el frío se acercan. Las luces iluminan las calles. Faltan unas semanas, quizás días, para todas esas reuniones familiares y te preguntarás – “¿Cómo sobreviviré entre el trabajo, polvorones, regalos, familia, amigos y las comidas navideñas? Menos mal que tengo un plan.”
Es normal que en estas fechas suframos algún bache al organizarnos. Acostumbrados a la rutina, el mes de diciembre entra como una avalancha, nos trastoca el calendario, desborda nuestras agendas, añade listas de tareas inmensas y preparativos navideños por todos lados.
Compaginar las fiestas navideñas con el ritmo laboral es EL RETO, pero… ya has superado otros desafíos más complicados. Hoy repasamos cómo hacer que estas fechas no nos descontrolen y, si no lo conseguimos evitar, recuperar el equilibrio.
Empecemos por entender lo que nos pasa.
Imagina una balanza antigua, de metal dorado, con dos platos suspendidos en perfecta armonía. Uno representa tu vida laboral, el otro tu vida personal. Es una imagen que todos reconocemos, ¿verdad? Nos pasamos la vida ajustando esa balanza, intentando mantenerla estable.
Pero llega la Navidad, y con ella, esa carga extra: reuniones familiares, regalos, cursos pendientes, proyectos que cerrar antes de las vacaciones… Parece que la balanza empieza a tambalearse.
Tranquilidad. Esto no es nuevo para ti. Has enfrentado situaciones similares una y otra vez.
1. Analizar, comprender y gestionar
¿Dónde está esa carga o cargas inesperadas? ¿En la parte del trabajo? ¿En la de vida personal? ¿Cuántas son y cómo las localizo?
Lo más importante es proceder con calma y, como decíamos antes, comprender qué cargas inesperadas nos ha dejado la avalancha de diciembre. Recuerda, hace frío, usa algunas herramientas como el calendario, lista de tareas y notas para ordenar el caos surgido. No te quedes a la intemperie.
Sigamos investigando el trabajo. Puede que la empresa quiera cerrar informes, terminar tareas o proyectos antes de fin de año, esa puede ser una carga inesperada.
Localiza los proyectos, las tareas principales que tienes que realizar durante el mes y usa tanto el calendario como la lista de tareas para priorizar, separa lo importante de lo no -relevante. Realiza lista de tareas y metas a las que llegar cada día, así es más fácil enfrentarte a pequeñas tareas diarias y concretas, con el tiempo se acumularán los objetivos cumplidos y al final, alcanzarás el objetivo del mes.
Resuelve grandes problemas al partirlos en problemas más pequeños y manejables.
Después de organizar las semanas y los días nos toca analizar tu ambiente de trabajo. ¿Estrés, ruido, distracciones? ¿Es una oficina, tu casa o trabajo en exterior? Sea cual sea la respuesta evita el ruido, puede cortar un periodo de concentración, afectar a tu rendimiento y los objetivos diarios que te has propuesto. Lo mismo con las distracciones, si pasa mucha gente al lado de tu puesto, te distraes mirando el móvil o cualquier situación parecida, tu concentración se interrumpe. Puedes solucionar los ruidos y distracciones al usar cascos con música relajante, ambiental o bandas sonoras que protejan tu concentración y eviten distraerse.
La música es capaz de cambiar tu estado de ánimo,
tiene un poder descomunal para cambiar el ambiente.
2. El descanso forma parte del trabajo
Esto lo he oído poco en ambientes laborales. El cerebro es un músculo, igual que el corazón se encarga de bombear sangre nuestro cerebro se encarga de pensar, solucionar y organizar. Para ser creativos o explorar nuevas y novedosas soluciones debemos tener períodos de trabajo donde poder probar con las herramientas disponibles y tiempo para descansar, tomar un café, agua, estirar las piernas, reponer fuerzas y liberar la tensión corporal acumulada.
Podemos hablar de la balanza trabajo-vida personal y la segunda balanza trabajo-descanso: usa todas las herramientas que tengas a tu alcance para alcanzar el tan apreciado equilibrio.
3. Atención, periodo de concentración, rendimiento
Al focalizar y atender únicamente a la tarea que tienes delante, lo demás desaparece.
Ese periodo prolongado de atención se llama período de concentración, cuanto más puedas prolongar este período… más eficiente y productivo serás, más objetivos podrás cumplir, mejor estarás realizando cualquier tarea.
El truco para rendir más, no es trabajar más horas, sino trabajar mejor.
Otra herramienta muy útil es la técnica gestión de tiempo “pomodoro”, alternar sesiones de trabajo con descansos breves para entrenar tu capacidad de concentración y evitar la fatiga mental. Es como montar en bici, cambia de marchas para que el viaje no sea agotador.
El cerebro puede mantener la atención en una tarea en torno a 20 – 35 minutos, comprende a tu cerebro y evita zancadillas mentales.
4. Cuidado con los roba-tiempos
Los “roba-tiempos” son esos momentos que roban tu atención, lo más valioso del ser humano, ¿sabías que todas las grandes cosas que la humanidad ha creado se ha hecho con atención? En un mundo con infinidad de distracciones, algunos hasta lo llaman superpoder.
Hoy en día estos “roba-tiempos” suelen ser las notificaciones del móvil, ¡tu móvil! Esa fiel pantalla que te acompaña a todas partes a veces te traiciona y se convierte en “roba-tiempo”. Grupos de WhatsApp, mails, notificaciones de Instagram son los “roba-tiempos” más comunes, pequeños robos que al acumularse te pueden robar incluso días. Pero tiene fácil solución, el móvil al pantalón. Usa un reloj con temporizador o una web pomodoro para evitar la tentación del móvil y úsalo únicamente en tus descansos.
Fuera móvil y notificaciones, soluciones a montones.
Volvamos a la balanza trabajo-vida personal. ¡Por fin! Analizaremos nuestra vida personal. ¡Mi parte favorita!
Diciembre, navidad, frío, luces, decorar la casa, regalos, planes con familia y amigos, comidas, celebraciones, polvorones, bombones, festejos… Esta es la avalancha a la que nos enfrentamos, y de nuevo, como tantos otros años, superaremos. Para localizar cargas inesperadas ahorraremos tiempo y haremos un “copia y pega” del análisis de trabajo. Además de las tareas cotidianas de comprar, preparar comidas, lavar la ropa y limpiar la casa, nuestra querida avalancha de diciembre amontona frente a nosotros quedar con familiares, amigos, planificar regalos, comidas, vestirse de gala…
5. CALMA. Analiza, comprende y gestiona
Usa herramientas como el calendario, notas y lista de tareas para organizar cada batalla navideña. Prioriza, primero ordenamos lo importante y luego encajamos el resto. Organiza las reuniones familiares, planifica qué comida llevaréis cada uno, quien prepara qué, para así no perder los nervios ni los papeles. Y lo mismo con los amigos, compras y cualquier cosa que surja.
Evita el ruido (físico y mental), las distracciones, descansa, ten ratos para ti, disfruta de tu tiempo con calma, concéntrate en atender lo MÁS IMPORTANTE en estas fechas…
A ti y tu equilibrio, tu familia, amigos y… cuidar, mantener y atesorar los momentos de plena alegría, ilusión y felicidad que vas a vivir estas NAVIDADES.
Desde Grupo Colón IECM queremos desearte FELICES FIESTAS, que lo único que se descontrole sea la calidez y alegría que desbordáis tú y los tuyos en estas fechas.
¡Ho, hoo, hooooo!
Escrito por: Alberto Pacheco
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