La Inteligencia Artificial lleva siendo el tema del momento desde hace ya varios años y no es para menos porque, vamos a dejarlo claro desde el principio: es la revolución del siglo XXI.
Por muchas reticencias a ella que podamos tener, hacer oídos sordos ante los nuevos cambios y tecnologías no nos va a llevar a ninguna parte. La Inteligencia Artificial se está introduciendo en cada vez más áreas de nuestras vidas, aunque no nos demos cuenta; desde las preguntas que le hacemos a ChatGPT sobre qué rutina de ejercicios podemos hacer esta semana, hasta las recomendaciones de restaurantes que te aparecen cuando abres tu app de comida a domicilio favorita, porque sí, eso también es ahora IA.
Pero claro, ¿qué ocurre cuando esta tecnología empieza a ponerse en práctica en labores más creativas propias del ser humano o directamente a reemplazar por completo puestos de trabajo? Esta es la verdadera preocupación que ha hecho sonar todas las alarmas del mercado laboral. La solución, como en todo, no es sencilla, pero aquí vamos a intentar dar las claves para comprender un poco mejor este berenjenal.
Humanos contra las máquinas
Blade Runner, Matrix, Terminator… Los humanos llevamos años fantaseando con la idea de que las máquinas se rebelen contra nosotros, y ahora resulta que nuestro mayor miedo es precisamente que la próxima entrega de una de estas franquicias se haya hecho enteramente con Inteligencia Artificial
Lo más importante que debemos saber es que, no, estas IAs no son seres malvados que desean destruirnos. Todas estas nuevas herramientas son esencialmente eso, herramientas. Al contrario de lo que muchos piensan, la solución no es intentar eliminar esta tecnología de nuestras vidas por temor a que el día de mañana nos dejen desempleados. En su lugar, debemos utilizarlas a nuestro favor para agilizar nuestras tareas y hacer que nuestra rutina sea más llevadera y cómoda para nosotros sin que esto desemboque en volvernos más perezosos o descuidados con el pensamiento de “total, para qué me voy a esforzar si me lo puede hacer la IA”.
Esto en la teoría suena estupendo, pero se necesita llevar a la práctica de buenas maneras, tanto por nuestra parte como de los gobiernos y cargos más altos de las corporaciones. Aquí es donde entra el verdadero debate, donde empezamos a ver noticias de que tal obra se ha hecho enteramente con Inteligencia Artificial sin permisos de los autores originales, que las empresas están empezando a prescindir de muchos trabajadores en pro de las máquinas y donde se alza la pregunta de quién se debería quedar con los beneficios de todo esto.
Las IAs, nuevos contendientes en el mercado laboral
Entonces, ¿vamos a perder todos nuestros trabajos? Cuando apareció la fotografía no se abandonó la pintura de la noche a la mañana, de hecho, hoy en día siguen coexistiendo sin problemas. Lo cierto es que, mientras que algunos trabajos más automatizados como en las fábricas llevan ya años siendo reemplazados por máquinas, aparecen en su lugar nuevos empleos que no existían hasta ahora.
Una Inteligencia Artificial no aprende por ciencia infusa, necesita de una serie de recursos y referencias para poder crecer y lo más importante, un ser humano que sepa hablar su mismo idioma y sea su profesor durante todo este proceso.
Así, en la actualidad están apareciendo cada vez más empleos relacionados con la programación, diseñadores de interfaces o manejo de bases de datos enfocados en entrenar a estas nuevas tecnologías pero con ello nos surge otra pregunta: ¿llegará un punto en el que una IA sea capaz de realizar cualquier trabajo?
Ya lo hemos visto, hay empresas que han comenzado a prescindir de gran parte de sus trabajadores porque creen que su trabajo lo puede hacer uno de estos robots. El resultado es otro debate, pero como hemos mencionado, ninguna IA puede crear de cero, siempre necesitará partir de referencias creadas anteriormente por humanos, y en muchas ocasiones, dicha información está protegida por unos derechos de autor que no saben respetar, porque nadie le ha puesto un límite para ello.
Aquí es donde entran los humanos. La Inteligencia Artificial está avanzando a tal velocidad que para la mayoría no saben ni cómo reaccionar ante tanto cambio. De nosotros depende que pongamos límites en cuanto a qué y qué no puede hacer una IA y de evitar que las grandes corporaciones abusen de ella para intentar ahorrarse sueldos en puestos de trabajo.
¿Cómo podemos prepararnos a este cambio?
Por supuesto, no podemos luchar en esta batalla si no la entendemos. Lo primero que se debe empezar a hacer es fomentar la educación y el pensamiento crítico y ético. Tenemos que comprender cómo funcionan estas nuevas tecnologías y estar al tanto de las innovaciones para no quedarnos atrás y aumentar la brecha digital. No basta solo con saber algo de programación, debemos estar siempre listos y actualizados en varias materias para lograr ser multitarea mediante cursos online, talleres o aprendiendo de otros expertos para ir siempre un paso por delante de estas Inteligencias Artificiales. Y especialmente, no podemos dejar nunca de cultivar aquello que nos hace humanos: la creatividad, la empatía, la ética, etc. Así, seremos nosotros quienes tengamos siempre la última palabra sobre todo en elementos más subjetivos como el arte.
Además, hay que regular esta situación cuanto antes. Necesitamos gobiernos educados en estas materias que legislen para que la transición sea menos traumática, protejan a los más vulnerables y fomenten la innovación sin dejar a nadie atrás.
La IA no es ni buena ni mala, es una herramienta que debemos saber implementar en nuestras vidas sin que esto nos perjudique. De nosotros depende el cómo se integre y las consecuencias que esto traiga. Por ello, más vale prevenir que curar, empezar a actuar ya para estar lo más preparados posible ante los nuevos cambios y pensar en soluciones que nos beneficien a todos.
Escrito por: Iván Llopis
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